A (des) construção social de identidades de mulheres no mundo do crime: estigmas, negociações e diferenças.

• Autor(a) principal: SILVA, Edjane Esmerina Dias da.
• Data de Publicação: 2012
• Tipo de documento: Tese
• Idioma: por
• Título da fonte: Biblioteca Digital de Teses e Dissertações da UFCG
• Texto Completo: http://dspace.sti.ufcg.edu.br:8080/jspui/handle/riufcg/4206
• topic: Ciências Sociais; Identidade Social – Mulher; Gênero; Crime –Mulher; Dispositivo Penal- Diferenças e Negociações; Social Identity - Woman; Genre; Crime-Woman; Criminal Procedure - Differences and Negotiations

El contexto que propicia el final del siglo XX, en Brasil, promueve la inserción de la mujer en la vida pública, siendo también el momento en el que se visibilidad la violencia contra la mujer y se instituyen mecanismos jurídicos y políticos de protección, a la vez que emerge el discurso de la mujer como protagonista en el mundo del crimen. Estos dos procesos parecen ser contradictorios pero tienen como punto de aproximación el debate acerca de la construcción de identidades del género femenino en la sociedad moderna. Ante esta observación se plantea la siguiente cuestión: ¿Cuál es la causa del aumento de la visibilidad de la mujer como protagonista en el mundo del crimen? La hipótesis a la que se llegó fue que esta visibilidad tiene relación con la institución de un dispositivo penal diferenciado por el rango del género, que ha tenido como uno de los efectos la producción de identidades del género femenino, marcadas por la paradoja de la mujer como víctima y agresora. En este punto, hay que decir que la emergencia de un dispositivo penal habría viabilizado, no solamente la formación de la identidad del criminoso/a como afirma Foucault (1996), ni la mortificación de una identidad que se antepone y que crea la del criminoso/a estigmatizado/a como defendió Goffman (2008), sino que ha funcionado produciendo identidades de género femenino, marcada por la paradoja de la víctima y la agresora, resultado de un proceso que precede y se extiende más allá del mundo carcelario Para responder a los problemas propuestos se plantea un dialogo con Foucault (1996 e 1998) [1975; 1976], Certeau (1994; 2007) [1974;1975], Goffman (1988; 2008) [1963; 1961], Bourdieu (2001; 2007) Elias e Scotson (2000), Scott (1990; 1994; 1992; 1999; 2002) e Butler (2008). Para eso, utilizamos el método arquegenealógico de vertiente francesa, inspirada en los trabajos de Michel Foucault (1975; 1998; 1999; 2002; 2004) e etnográfico estimulado por el trabajo de Erving Goffman (2008). La emergencia de un dispositivo penal diferenciado por la cuestión del género posibilitó un cambio en la subjetividad, con la (des) construcción del criminen como una práctica asociada a un género, el masculino, y con la producción de identidades del género femenino. Esta diferenciación partía de las diferencias físicas entre el cuerpo masculino y femenino, por lo cual, la mujer fue subjetivada como un ser dócil y frágil, por tanto, no apropiada para la práctica criminosa, como máximo reconocida en la posición de engañadora. En esta línea, se la considera un ser jerárquicamente inferior al hombre, direccionada más para la sensibilidad que para la racionalidad, cuyos papeles sociales son el de conciliar la función de madre, esposa y proveedora. Desde esta caracterización, sus prácticas criminosas son explicadas por la intervención masculina o por acción de protección ante situaciones de persecución. En lo que se refiere a la producción de una víctima por el ingreso en el mundo de prisiones, la situación se encuentra marcada por el sufrimiento de insuficiente en relación a la identidad de género y al modelo de la familia, fundamentado en la heteronormaticidad, por el que la mujer asume la condición de proveedora, en una sociedad letrada y con un modelo de justicia penal que clasifica los delincuentes a partir del género, condición social, sexo, edad, patrones de normalidad, sexualidad y color.